Storytelling Pail
Pail acrónimo de Pellegrini Amerigo wood industry.
Amerigo Pellegrini, hijo de un ebanista, comenzó su actividad en 1963 en un pequeño taller de apenas 100 metros cuadrados.
Los años de crecimiento personal y profesional fueron también los del auge económico de Italia, pero antes de que esto ocurriera ya estaba en un tren hacia Suiza.
La experiencia más allá de los Alpes fue importante, pero a diferencia de muchos de sus compatriotas, Amerigo Pellegrini alimentó el deseo de volver para contribuir más directamente al desarrollo económico de su país. Sin haber cumplido aún los veinte años y animado por un espíritu emprendedor, se anticipó a los tiempos, intuyendo el potencial del gran desarrollo de los años venideros. Se especializó, desde el principio, en la producción de accesorios y puertas para interiores, necesarios para las empresas e indispensables para la infraestructura de la zona.
Día tras día, la familia Pellegrini sigue trabajando, creciendo gracias a la aportación de nuevos artesanos que ejercen su oficio en un ambiente todavía familiar. Es un crecimiento constante, tanto que los ritmos se vuelven cada vez más frenéticos
El taller de 100 metros cuadrados ya no es suficiente para una producción que se diversifica y que debe responder a nuevas exigencias.
Mientras tanto, Amerigo y su esposa Antonietta transmitieron su dedicación y pasión por la empresa familiar a sus hijos, que estaban dispuestos a pasar parte del verano en la producción, sólo para respirar el aroma de la madera, que para ellos es como el olor del hogar. En 1983 y 1987, primero Sandro y luego Fausto, se incorporaron a la empresa.
El primero se encargó de la producción y de las compras, mientras que el segundo, impulsado por un mayor instinto y creatividad, se concentró en el desarrollo de productos y en la ampliación de la red de ventas.
En la década de los ochenta, la familia Pellegrini ya era identificada como PAIL en el mundo empresarial. PAIL es una marca que se consolida, capaz de mantener una tradición sin negarse a sí misma, sin conformarse. La producción satisface cada vez más demandas en el mercado nacional
Entre los años ochenta y los noventa, gracias a la entrada de nuevos colaboradores, PAIL decide seguir distinguiéndose. Se dirige a un público cada vez más amplio, entrando esta vez en el mundo de las salas de exposición.
Un segmento de mercado aún inexplorado, visto como un potencial a explotar, sinónimo de nuevas metas a perseguir y nuevos horizontes que perseguir. Por eso, aquí, la llegada del año 2000 no es sólo el comienzo de un nuevo milenio. En el nuevo siglo, PAIL se afirma por enésima vez como la empresa capaz de revalorizar sus expectativas, hasta el punto de que este objetivo implica a la familia Pellegrini al unísono.
En 2003, tras un largo y variado aprendizaje en ventas, Paolo se incorporó a la empresa familiar para hacerse cargo de la administración, las finanzas y el control. Cinco años más tarde le llegó el turno a Emanuela, que desde 2008 trabaja en marketing y comunicación.
La comparación es total, porque es la única forma en que las viejas y las nuevas generaciones pueden combinar con éxito sus habilidades para marcar un gran cambio de dirección. Deseado, esperado, en cierto modo saludable, gracias a la mayor atención prestada al mercado de la venta directa. A partir de estas premisas, en 2012 nace la colección Dolcevita, fruto del deseo -que nunca se ha apagado- de personalizar sus productos apoyándose únicamente en la madera, una materia prima esencial.
Dolcevita se convierte así en la llave que abre la puerta al mercado exterior, que en pocos años ha supuesto el 45% de las ventas totales. Dolcevita se revela como la síntesis del trabajo incansable de cientos de empleados, el conjunto de los que cada día se mueven entre los departamentos automatizados y los artesanales en un almacén que ocupa ya cincuenta mil metros cuadrados.
Una línea de puertas de interior que en los últimos años ha inspirado colecciones cada vez más caracterizadas por la personalización y la flexibilidad de producción, que son posibles gracias a la producción interna en todas las fases, desde el diseño hasta el acabado.
Una elección valiente, coherente con una nueva filosofía de producción, capaz de realzar el valor del Made in Italy y de recordar años que han supuesto una profunda transformación para esta empresa y para nuestro país. A principios de los años 60, cuando Fellini mostraba por primera vez una visión diferente de Italia, inédita y desconocida en el extranjero, un padre y un hijo en una provincia todavía agrícola contribuyeron con sus propias manos a dar forma a la nueva imagen de un país que sólo quería crecer.
Esto bastaría para explicar los diversos reconocimientos recibidos por Amerigo Pellegrini a lo largo de los años, citando premios como el Mercurio d’oro a los méritos empresariales concedido por la Cámara de Comercio de Chieti o la Laurea Honoris Causa en tecnología comercial e industrial concedida en 2004. Tal vez para entender lo que es PAIL hoy en día, se podría remontar a la vida de su fundador, viendo cómo el joven del taller se convierte en un joven emigrante que regresa a su tierra natal.
Dispuesto a reinventarse como empresario de éxito, marido, padre de cinco hijos, el hombre que en 1990 recibió el honor de Cavaliere della Repubblica de manos del Presidente Cossiga y del Honorable Andreotti. Pero quizá la mejor manera de captar a PAIL en su esencia sea contar con una amplia gama de productos elegantes y confortables, donde destacan las puertas de interior de alto diseño.
Donde nada escapa a la atenta mirada del experto y escrupuloso artesano, que sigue en su puesto.